LA CRISIS DE LOS “VIEJÓVENES”

viejoven01A menudo oímos en los medios de comunicación o incluso en tertulias la expresión  “Viejoven”.

¿A qué nos referimos cuando utilizamos el término”viejoven”?

La palabra viejoven “ hace referencia a un grupo determinado de población, comprendido entre los 30 y cuarenta y tantos años de edad, cuyo estilo de vida se ajusta cada vez menos a los cánones establecidos para esta generación.”


Muchos de los llamados “Viejóvenes” sufren una profunda crisis a causa de la dualidad  entre los patrones generacionales aprendidos y  las ganas de tener nuevas experiencias personales y laborales excitantes, viviendo en un Carpe Diem constante, en el que, a menudo, se prioriza la inmediatez y el difrute. Parece como si ambos anhelos fueran excluyentes, al producirse  una dicotomía entre lo que  quiero hacer y lo que la sociedad y mi reloj biológico ”me impone”

Otro aspecto a tener en cuenta, y a veces desencadenante de algunas de las crisis personales de los llamados viejovenes, sería el “miedo a la soledad”, así como a sentirse viejos y fuera del llamado “mercado sentimental”. Esto hace que buena parte de este grupo social se comporte con actitudes y hábitos que socialmente se consideran ”no apropiados a su edad”.

Este estilo de vida o “comportamiento” viene fomentado y alimentado en parte, por la presión de las redes sociales, siempre mostrando la cara más divertida y lúdica de nuestra vida, la cual oculta muchas veces una profunda frustración al sentir que no estás haciendo lo “supuestamente correcto”, acorde a lo socialmente aceptado como buena opción de vida.

¿Cómo solventar esta crisis identitaria? Simplemente se trata de trabajar, entre otros aspectos, la seguridad en uno mismo, detectando y enfrentándose a los miedos propios más profundos, de tal forma que te permita disfrutar de la etapa en la que te encuentras, sin añadir responsabilidades innecesarias.

¿Has oído alguna vez: “has de ser padre o madre que se te está pasando el arroz”?????

Los tiempos cambian y las necesidades de los individuos también. Expresiones como la de “ya tienes una edad para hacer o decir esto o aquello” y “has de ser padre o madre que se te está pasando el arroz”, quedan totalmente al margen ante una generación que lucha ante todo por sus convicciones y las ganas de vivir el presente al cien por cien, dejando atrás prejuicios y normas sociales, que muchas veces son un “lastre” que nos persigue, como un inconsciente colectivo que intenta anular nuestra propia individualidad.

El ser humano necesita sentirse libre para elegir el cómo, el cuándo y qué quiere hacer en cada momento de su vida, valorando y disfrutando todo lo que hace y consigue, de una forma “sana” y acorde con sus intereses y estilo de vida elegido.

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